Hubo una vez un hombre frustrado porque no conseguía acabar nada de lo que empezaba. A lo largo de su vida intentó escribir una novela, componer una sinfonía y formar una familia, pero siempre se quedaba a medias. En su lecho de muerte se mostraba radiante, por fin iba a terminar algo.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Relacionado
Publicado por Rafalé Guadalmedina
Innecesario e infame ajuntador de palabras de lenguaje pomposo, sin ápice de gracia y/o talento. Me gusta leer clásicos mientras la brisa acaricia mis bajezas.
Ver todas las entradas de Rafalé Guadalmedina