Acostumbro a coger el sueño con un libro entre las manos. Para añadir un poco de emoción a este ritual, intento respetar dos directrices: dormirme cuando el equilibrio entre sueño y lectura se rompe y no dejar un capítulo a medias.
En contadas ocasiones, me quedo dormido tras avanzar un buen puñado de páginas. No obstante, la mayoría de veces, la fatiga me vence y no puedo arañar más que un capítulo entre cabezazos agónicos y ronquidos sordos. Es en ese momento cuando en mi mente se confunden letras, alucinaciones y sueños. Las tramas que me parece leer se deforman hasta fundirse con mi cotidianeidad, los personajes se transforman en familiares y amigos y los giros argumentales se suceden sin ton ni son.
Sin ir más lejos, anoche leía ‘Clarisa, fe de sangre’, una novela sobre una monja de clausura que investiga el asesinato del sacerdote del convento. Es la última publicación de uno de los autores más reconocidos del país, alabada por la prensa y situada en los primeros puestos de venta. La novela adolecía de ritmo, estaba repleta de expresiones rimbombantes y descaradamente rellenada con escenas de sexo entre clérigos, subtramas sobre un crucifijo extraviado en una partida de póker y la visita de la monja Clarisa a una clínica de aborto en caso de que el Espíritu Santo la dejase embarazada. De repente, a punto de caer dormido, mi madre entraba en el convento cabalgando sobre un unicornio y asesinaba a todos los protagonistas disparando flechas con un arco. A continuación, se acercaba a mi posición y gritaba: «Colorín colorado este cuento se ha acabado» para desaparecer a lomos de su unicornio.
Hoy empezaré la lectura de ‘Viktor corazón de luna’, una obra sobre un panadero ucraniano que quiere ser astronauta.

Excelente! Yo también me quedo dormido leyendo. Actualmente, leo «La Sombra del Viento».
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Ten cuidado, a ver si te conviertes en un libro de la biblioteca los libros perdidos. Disfruta mucho de la lectura y a soñar. Un abrazo, compañero. Adelante!
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je je je es verdad. Gracias.
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Excelente costumbre que comparto, lo que pasa es que yo, por tener la imaginación más plana, o simplemente no tener imaginación, o tengo los sueños posteriores tan coloristas, simplemente me olvido lo que había leído. Lamentable.
Por otra parte, que carácter el de tu madre!. Y el panadero ucraniano, a quien repartirá panecillos?. Serán dulces o estarán envenenados?.
Un abrazo
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Ya que parece que el mundo de la tecnología está bastante avanzada, estaría bien que inventaran una app para poder grabar los sueños.
Mi madre es tremenda, como tenga que acudir a la historia del panadero ucraniano se va a enterar. Un abrazo, compañero. Adelante!
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Gracias por la difusión, compañero. Un abrazo, adelante!
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Yo también leo antes de dormir y aguanto poco despierta, pero ese momento de querer seguir leyendo y no poder porque los ojos se me cierran involuntariamente, me resulta magnífico. Ahora estoy leyendo «Aquitania» y me está gustando mucho. Gracias por compartir. Un abrazo!!!
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Es pura magia, es el tránsito entre la ficción en papel y en la mente. Me llegan muy buenos comentarios de ‘Aquitania’, habrá que echarle una lectura. Un abrazo fuerte, compañera. Adelante!
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… suerte la de los que leemos y tanto o más para los que tienen la imperiosa necesidad de escribir…una ecuación perfecta. Me gusta. Salud y saludos.
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Decía un escritor afamado que nuestro país es más de escritores que de lectores, que tenemos una curiosa predisposición a la desnudez de pensamientos y creatividad. Parece que la ecuación se torna inecuación. Necesitaremos noches para equilibrarla. Un gusto recibirte por estos lares, compañero. Un abrazo, adelante!
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Leo en un sillón de mi cuarto antes de dormir, con frecuencia me quedo adormilada y es cuando los sueños son más vívidos.
Te veo surcando los cielos en busca de un planeta perdido con tu panadero astronauta… espero que no te caigas de la cama.
Abrazos.
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Los sueños y las lecturas son altamente impredecibles, pero por suerte hace años que no duermo con una camisa de fuerza, así que no creo que caiga de la cama 😉 Dulces lecturas y felices sueños. Un abrazo, compañera. Adelante!
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Frecuentemente me sucede, el quedarme dormida con el libro abierto, por lo cual debo volver a leer desde donde recuerdo que terminé. Ahora leo un libro de un escritor chileno » Paraiso olvidado»
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Conozco de un caso que comparte hábito contigo y lleva más de un año atrapado en el mismo capítulo. Gracias por la recomendación, compañera. Adelante!
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Tengo también la costumbre de engancharme a unos párrafos antes de dormir y termino paseando los ojos por las lineas como la que mira por la ventana a un infranqueable infinito…, y entonces caigo. Hoy no, hoy me he leído tu relato y sigo en pie. Ahora me engancho a los párrafos. Abrazo.
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Lo puse fácil con estos párrafos, pero la próxima vez prometo no ser tan compasivo 😉 Dulce lectura, compañera. Un fuerte abrazo, adelante!
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Soy un fiel seguidor de tu fingida y quimérica imaginación. Sigue así, compi !!!
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Se agradece, compañero. Un placer recibir tan valioso apoyo. Abrazos, adelante!
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Oye me hace verme todas las noches leyendo el primer renglón de la hoja y despierto con el libro entre abierto y nada que pasó a la siguiente página, la verdad está genial tu escrito.
Actualmente estoy leyendo «La máquina de la muerte»
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El día a día del lector nocturno. No se suele pasar frío con el manto de palabras. Disfruta de la lectura, compañera. Adelante!
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