El carné de identidad y el billete temblaban en mis manos. Una hilera de policías custodiaba el acceso a los andenes.
—¿Hacia dónde se dirige, caballero? —inquirió un agente con tono autoritario.
—Mmm… Eh… —comencé a titubear. ¿Cómo no haber pensado un discurso convincente? Entonces recordé una cita que había leído en el aseo de un tugurio de mala muerte—. «Nadie es dueño de su destino, sólo somos polvo en suspensión esperando echar a volar».
—Adelante, ¡tenga buen viaje!

Foto de Raúl Revuelta.
Nunca se sabe donde va a estar la solución. Ya lo dijo aquel: “A los palacios subí, a las cabañas bajé…”.
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Las conexiones entre las altas y las bajas esferas son sorprendentes. Diría que la vida intentas siempre subir, escalar hacia los palacios y cuando estás en él, lo único que puedes hacer es eso, seguir subiendo hasta las cabañas. Un abrazo, compañero. Adelante!
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Envidio tu arte de la paradoja. Le da una visión muy interesante a la vida.
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Gracias por compartir, amablemente. Un abrazo, compañero. Adelante!
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Encantado de hacerlo. Un abrazo!
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Muy bueno. ¡Saludos!
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Me alera, compañera. Un gusto verte por aquí. Adelante!
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¿Llegó a su destino, desistió, lo había, acaso importa?
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Me inclino a pensar que llegó tarde. Aunque seguramente no era un destino importante. Un abrazo, compañero. Adelante!
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Sorprendente y magnífico!!!!
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Me alegra que te guste, compañera. Un fuerte abrazo, adelante!
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Muy buena.
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Me alegra, compañera. Un abrazo, adelante!
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