Autobombo · Vida Moderna

Sacar la basura

Tengo por afición sacar la basura. Es una práctica que además de gusto también ejerzo con responsabilidad ciudadana. Gracias a sus fragancias liberadas durante la descomposición, es la basura la que me indica el mejor momento para despedirnos. Cuando vuelvo de los contenedores me maravillo de la buena predisposición del servicio de basuras, siempre presto a recoger sin rechistar todos nuestros desperdicios. Algo parecido a sacar la basura me sucede con los escritos que envío a los certámenes literarios. No obstante, en ocasiones, sus organizadores carecen del buen talante del servicio de basuras.

Esta semana tenía anotado presentar mi candidatura al I Certamen Literario Euphoria. En concreto pretendía enviar mi conjunto de relatos Sacar la basura y mil placeres más, pues los textos que lo integran se encuentran en avanzado estado de putrefacción y rezuman olor a cerrado y dudoso gusto. El caso es que al revisar las bases algo raro empecé a oler. La clásica mezcla entre chamusquina y falta de escrúpulos.

El premio, por valor de 1500€, venía como anticipo de la cesión de derechos de autor. Además, se indicaba que el jurado determinaría un ganador en un plazo máximo de quince días desde el fallo del concurso. Entonces leí que la editorial encargada de publicar los trabajos ganadores era Omniverso y aquel nombre me resultaba familiar. De hecho, hace un año esta casa organizó el 1er Certamen Literario Fundación JCPS —casualidad que también fuera la primera edición y que tuviera las mismas bases palabra por palabra— al cual también me presenté. De hecho, Sacar la basura y mil placeres más fue seleccionado para publicar. Con el contrato delante pude constatar que el certamen era una excusa para monetizar las ingenuas ilusiones de los escritorzuelos. Recuerdo aquellos días leer varios mensajes de otros colegas que también habían sido seleccionados de la misma forma.

Podría haber concluido mi periplo con Euphoria aquí. Por desgracia, me entretengo haciendo sangre de la inmundicia. Además, aún no era las ocho de la tarde y por tanto faltaba un rato hasta la hora de sacar la basura. Total que aplicando técnicas refinadas de investigación —copiar y pegar con comillas en Google— descubrí el fallo del concurso anterior y di cuenta de que no había constancia de las obras ganadoras en las modalidades de poesía, relato, conjunto de relatos y novela se habían publicado. De sus autores tampoco hay rastro. Quizá sean fantasmas. Eso sí, parece que la estratagema del certamen pescó algún incauto.

Así pues, me quedé ese día sin sacar la basura. No es ni mucho menos trivial eso de encontrar un servicio de recogida basuras en el que poder confiar.

La experiencia del concurso del año pasado

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7 respuestas a “Sacar la basura

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