Llevo semanas trazando una estratagema para Navidad. Respetando las medidas sanitarias, mi idea era pasar las fechas señaladas con mis padres, hacer la protocolaria visita a la familia política y reunirme con viejos amigos para ponernos al día sobre antiguos trapicheos y futuras escaramuzas. Algunos de ellos no sé si siguen vivos o murieron durante este trágico año, pero el espíritu navideño también es interesarse por quien realmente no te importa.
Sigue leyendo “Responsables en Navidad”Categoría: Bocachancladas
Adictos a la inmediatez
En ocasiones me divierto repasando obra y milagros de personajes decadentes. Supongo que es una forma de decirme “en comparación con ese cadáver andante, no estoy tan mal”. No existen paliativos para calificar esta práctica: es patética. Una diana recurrente son mis antiguos compañeros de colegio. Espío sus perfiles en redes sociales y encuentro consuelo en las barrigas que cuelgan de sus antiguos cuerpos atléticos, selfies portando a sus churumbeles en cementerios de neumáticos ardiendo o que el gamberro que machacaba al profesor de literatura se haya convertido en poeta de bragueta. Probablemente, ellos hagan algo parecido conmigo. La hipocresía es una sustancia que conviene compartirla en lugar de acapararla.
Sigue leyendo “Adictos a la inmediatez”Guerra de vacunas
Pensaba dar mi opinión sobre la guerra de vacunas. Sin embargo, he recordado que la última vez que estudié biología fue hace quince años y que mis conocimientos en bolsa se reducen a una noche en la que perdí mi dignidad apostando a la ruleta en el casino de Orihuela. Así que, sintiéndolo mucho, me ahorraré la fantochada.

Desorientados
No conozco mejor forma de combatir el aburrimiento que perderse. Comencé a practicar esta actividad cuando dejé el nido y emprendí un periplo incierto de cambiar de ciudad cada dos o tres años. Algunas tardes, tras calentar la silla o el sofá según convenía mi horario laboral, echaba a andar sin rumbo, tomaba autobuses y trenes al azar buscando un punto en el que jamás hubiera estado antes. Solía aparecer en suburbios perfectos para ser raptado a placer, poblaciones fantasma y parajes donde los infieles empañaban los cristales del coche. Mi diversión consistía en regresar a casa tratando de adivinar cuál sería el camino más eficiente.
Sigue leyendo “Desorientados”Basura y bocachanclas
Una de mis actividades favoritas es bocachanclear. No dejo pasar reuniones con amigos y abordo a desconocidos por la calle para conversar sobre cuestiones de las que no tengo la más mínima noción. La curvatura de la superficie de Venus, el creciente fanatismo de los gatos callejeros por las religiones politeístas o la influencia de la figura de Kant en el mundo del trap figuran en mi lista de cruzadas dialécticas. Barras de tugurios, celebraciones familiares y entierros suelen ser los lugares más propicios en el desempeño de esta noble afición. Tras los desencuentros, enfados y melopeas subyacentes, los participantes se retiran, mientras que los argumentos, delirios y descalificativos empleados desaparecen por el sumidero sin posibilidad de que vuelvan a reflotar.
Sigue leyendo “Basura y bocachanclas”Capacidad de adaptación y animales de costumbres
Dicen que el ser humano ha dilapidado su capacidad de adaptación, que se ha vuelto un animal de costumbres. Es posible que así sea, pues somos demasiados como para preguntar a todo el mundo y extraer alguna certeza sobre esta apasionante cuestión o la idoneidad de practicar la masturbación con velas aromáticas.
Sigue leyendo “Capacidad de adaptación y animales de costumbres”Tendencias de la incertidumbre
La incertidumbre no ofrece certezas, pero marca tendencia hacia ellas. Esta mañana, me he acercado al banco a solicitar la devolución de un depósito. Hacía años que no pisaba una sucursal, tantos como los que resuelvo mis desaguisados económicos pulsando un botón o pasando una tarjeta. Al llegar a la oficina de la esquina, he descubierto un cartel que advertía que la oficina estaba cerrada y la recomendación de acudir a otra situada a unos diez minutos, de la cual desconocía su existencia.
Sigue leyendo “Tendencias de la incertidumbre”Miedo a lo desconocido
La valentía nunca ha formado parte de mi escasa lista de virtudes. Desde que tengo uso de razón, temo por igual al silencio y al ruido, por eso siempre tengo encendida la radio como si fuera un murmullo. Cuando me topo con animales y personas desconocidas en la calle, procuro cambiarme rápidamente de acera, lo que convierte a mis paseos en figuras que desafían los axiomas de las geometrías conocidas. Me alimento tan sólo de insípida molla de pan y agua, pues me aterran los sabores picantes, amargos, ácidos, salados y, especialmente, los dulces. Podría decirse que lo conocido es el único refugio donde me siento seguro, aunque rara vez se manifiesta voluntad por extenderlo. Sin entrar en precisiones médicas, cabría diagnosticar un severo cuadro de fobia a lo desconocido.
Sigue leyendo “Miedo a lo desconocido”Juan Carlos y el cóndor real
Me proponía escribir un artículo genuino sobre la huida del Rey Juan Carlos. Además de una rigurosa documentación y un fino enjuiciamiento metafórico, ofrecía alguna anécdota secreta, como la vez en que me lo encontré en una discoteca al amanecer y el monarca, todavía en el cargo, me pidió que fuéramos juntos a un after frecuentados por bohemios, inadaptados y doncellas de moral relajada. Sin embargo, he entrado en Internet y he sido arrollado por un tsunami de comentarios, columnas de opinión y editoriales en medios y redes sociales. Quizá tengamos más alma de opinólogos que de lectores.
Por eso, he optado por escribir sobre la migración del cóndor real hacia el Caribe. ¿Sabíais que al encontrar un animal muerto, desplaza a los otros buitres que se congregan alrededor de la carroña debido a su gran tamaño y su pico fuerte? El único animal que lo puede desplazar es el cóndor andino.

Chernobyl, Anguita y la ley del silencio
Ayer terminé de ver la miniserie dedicada a la catástrofe nuclear de Chernobyl. Al mismo tiempo, en un hospital de Córdoba fallecía Julio Anguita. Precisamente, algunas de las reflexiones de Anguita acerca de la sociedad que quedará tras la pandemia tienen vasos comunicantes con el desastre soviético.
Sigue leyendo “Chernobyl, Anguita y la ley del silencio”No tenemos nada
Percibo que de la incertidumbre de los tiempos empieza a aflorar el miedo. Las previsiones cambian día a día trazando una tendencia que se debate entre el colapso o el apocalipsis. Los héroes de barro se deshacen ante la tormenta, mientras que de la tierra emergen otros nuevos que en pocos días desaparecerán por la alcantarilla.
Sigue leyendo “No tenemos nada”Nuevos creyentes
En el transcurso del Viejo Mundo, las calles deberían estar repletas de pasos, saetas y capirotes en estos días. Aunque la realidad les haya invitado a tomar un descanso, observo como personas de mi entorno se agarran a la fe. Entre ellos permanecen los devotos de siempre, a los cuales respeto por su ejemplo de constancia y determinación. Sin embargo, algunos que hasta hace poco se jactaban de no saber rezar, también empiezan a abrazar la divinidad.
Sigue leyendo “Nuevos creyentes”¿Solidaridad o caridad?
En estos días observo que la palabra solidaridad es más utilizada que de costumbre. A mitad de mi cuarentena leí noticias de algunos saqueos fruto de la desesperación o iniciativas populares para proteger a colectivos desfavorecidos. Participé en alguna campaña, tratando de cubrir de ayuda a todas las personas que pudiera. Me preguntaba si aquello era un acto de solidaridad o caridad. Todavía no tengo una respuesta clara.
Sigue leyendo “¿Solidaridad o caridad?”El Orgullo De Ser De Letras
La Abolición De La Autocrítica