Me proponía escribir un artículo genuino sobre la popular canción de Shakira. Además de una rigurosa documentación y un fino enjuiciamiento de su calado metafórico, ofrecía alguna anécdota golosa, como la vez en que me encontré a la colombiana en la consulta de un psicólogo especializado en almorranas parlante — una plaga que los medios han decidido ignorar—, nos saludamos y discutimos sobre la receta original del lomo de orza. No obstante, he entrado en Internet y he sido arrollado por un tsunami de comentarios, análisis que intelectualizan la composición y editoriales en medios y redes sociales con el único objetivo de sus autores de hacerse de notar.
Por eso he optado por escribir sobre el Clamidosaurio de King, también llamado el lagarto de cuello con volantes. ¿Sabíais que al sentirse amenazado despliega un collar de largas espinas de cartílago? ¿Y que en la danza del cortejo emite un sonido melodioso? La cría se produce en un pozo cavado en la arena, bajo el sol. La hembra junta allí hojas secas y pone entre ocho y veinte huevos que eclosionan entre diciembre y enero.
